Misericordia es:

"La ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida" (Papa Francisco. Misericordiae Vultus)

Jesús de Nazaret

Con sus palabras, con su gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios (Papa Francisco. Misericordiae Vultus)

Misericordia es:

La vía que une a Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no abstante el límite de nuestro pecado (Papa Francisco. Misericoriae Vultus)

Misericordia es:

El acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro (Papa Francisco. Misericodiae Vultus)

La Misericordia siempre será más grande que cualquier pecado

Nadie podrá poner un límite al amor de Dios que perdona. Papa Francisco. (Misericoriae Vultus)

Año Jubilar de la Misericordia

29 de septiembre de 2012

Jugando también se aprende

“Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que mirando. Los niños que han podido jugar bien y durante mucho tiempo, serán adultos mejores”




Evangelio del Domingo: 30 de septiembre de 2012

Ideas y recursos para la catequesis:
Celebrando La Palabra de Dios con los niños

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23 de septiembre de 2012

~ YOUCAT ~




LOS HOMBRES RESPONDEN A DIOS

20 - ¿Cómo podemos responder a Dios cuando él se dirige a nosotros?
Responder a Dios es creer en él.
Quien quiera creer necesita “un corazón atento” (1 Re 3, 9).

Dios busca de muchas maneras establecer contacto con nosotros.
En cada encuentro humano, en cada experiencia conmovedora
en la naturaleza, en cada aparente casualidad, en cada reto,
en cada dolor, está escondido un mensaje de Dios para nosotros.
De manera más clara aún nos habla cuando se dirige a nosotros
en su palabra o en la voz de la conciencia. Nos habla como a amigos.
Por ello debemos responderle también como amigos y creer en él,
creer totalmente en él, aprender a comprenderle cada vez mejor
y aceptar sin reservas su voluntad.

21 de septiembre de 2012

Jugando también se aprende

“Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que mirando. Los niños que han podido jugar bien y durante mucho tiempo, serán adultos mejores”



Evangelio del Domingo: 23 de septiembre de 2012

Ideas y recursos para la catequesis:
Celebrando La Palabra de Dios con los niños


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19 de septiembre de 2012

~ YOUCAT ~





19 - ¿Qué función tiene la Sagrada Escritura en la Iglesia?
La Iglesia saca su vida y su fuerza de la Sagrada Escritura.

Con la excepción de la presencia de Cristo en la sagrada Eucaristía,
no hay nada que la Iglesia venere más reverentemente que la presencia
de Cristo en la Sagrada Escritura.
En la Santa Misa acogemos en pie el Evangelio,
porque en las palabras humanas que escuchamos
es Dios mismo quien nos habla.

17 de septiembre de 2012

Música de Dios



Tú estas loco


~ YOUCAT ~

 
 
Los libros de la Biblia
 
ANTIGUO TESTAMENTO (46 libros)
Génesis (Gén), Éxodo (Éx), Levítico (Lev), Números (Núm), Deuteronomio (Dt),
Josué (Jos), Jueces (Jue), Rut (Rut), 1º Samuel (1 Sam), 2º Samuel (2 Sam),
1º Reyes (1 Re), 2º Reyes (2 Re), 1º Crónicas (1 Crón), 2º Crónicas (2 Crón),
Esdras (Esd), Nehemías (Neh), Tobías (Tob), Judit (Jdt), Ester (Est), 1º Macabeos (1 Mac),
2º Macabeos (2 Mac)
 
Libros sapienciales
 
Job (Job), Salmos (Sal), Proverbios (Prov), Eclesiastés (Ecl),
Cantar de los Cantares (Cant),
Sabiduría (Sab), Eclesiástico (Eclo)
 
Libros proféticos
 
Isaías (Is), Jeremías (Jer), Lamentaciones (Lam), Baruc (Bar), Ezaquiel (Ez),
Daniel (Dan), Oseas (Os), Joel (Jl), Amos (Am),
Abdías (Abd), Jonás (Jon), Miqueas (Miq),
Nahúm (Nah), Habacuc (Hab), Sofonías (Sof),
Ageo (Ag), Zacarías (Zac), Malaquías (Mal)
NUEVO TESTAMENTO (27 libros)
 
Los Evangelios
Mateo (Mt), Marcos (Mc), Lucas (Lc), Juan (Jn)
 
Hechos de los Apóstoles (Hch)
 
Epístolas de san Pablo
Romanos (Rom), 1ª Corintios (1 Cor), 2ª Corintios (2 Cor), Gálatas (Gál), Efesios (Ef),
Filipenses (Flp), Colosenses (Col), 1ª Tesalonicenses (1 Tes), 2ª Tesalonicenses (2 Tes),
1ª Timoteo (1 Tim), 2ª Timoteo (2 Tim), Tito (Tit), Filemón (Flm), Hebreos (Heb)
 
Epístolas católicas
Santiago (Sant), 1ª Pedro (1 Pe), 2ª Pedro (2 Pe), 1ª Juan (1 Jn), 2ª Juan (2 Jn),
3ª Juan (3 Jn), Judas (Jds)
 
Apocalipsis (Ap)

16 de septiembre de 2012

Música de Dios

 
Quien pierde su vida le encuentra
 

¿Para ti quién soy yo?

Is 50, 5-9a/  Sal 114/ Sant 2, 14-18/ Mc 8, 27-35
Los que han dado este salto no volverían atrás por nada del mundo, y más todavía, se sorprenden de haber podido vivir tanto tiempo sin la luz y la fuerza que vienen de la fe en Cristo. Como San Hilario de Poitiers, que se convirtió siendo adulto, están dispuestos a exclamar: "Antes de conocerte, yo no existía"
Los tres [evangelios] sinópticos refieren el episodio de Jesús, cuando en Cesarea de Filipo preguntó a los apóstoles cuáles eran las opiniones de la gente sobre Él. El dato común en los tres es la respuesta de Pedro: "Tú eres el Cristo". Mateo añade: "el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16) que podría, si embargo, ser una manifestación debida a la fe de la Iglesia después de la Pascua.
Pronto el título "Cristo" se convirtió en un segundo nombre de Jesús. Se encuentra más de 500 veces en el Nuevo Testamento, casi siempre en la forma compuesta "Jesucristo" o "Nuestro Señor Jesucristo". Pero al principio no era así. Entre Jesús y Cristo se sobreentendía un verbo: "Jesús es el Cristo". Decir "Cristo" no era llamar a Jesús por el nombre, sino hacer una afirmación sobre Él.
Cristo, se sabe, es la traducción griega del hebreo Mashiah, Mesías, y ambos significan "ungido". El término deriva del hecho que en el Antiguo Testamento reyes, profetas y sacerdotes, en el momento de su elección, eran consagrados mediante una unción con óleo perfumado. Pero cada vez más claramente en la Biblia se habla de un Ungido o Consagrado especial que vendrá en los últimos tiempos para realizar las promesas de salvación de Dios a su pueblo. Es el llamado mesianismo bíblico, que asume diversos matices según el Mesías sea visto como un futuro rey (mesianismo real) o como el Hijo del hombre de Daniel (mesianismo apocalíptico).

Toda la tradición primitiva de la Iglesia es unánime al proclamar que Jesús de Nazaret es el Mesías esperado. Él mismo, según Marcos, se proclamará tal ante el Sanedrín. A la pregunta del sumo sacerdote: "¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?". Él responde: "Sí, lo soy" (Mc 14, 61 s.).
Tanto más, por lo tanto, desconcierta la continuación del diálogo de Jesús con los discípulos en Cesarea de Filipo: "Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de Él". Sin embargo el motivo está claro. Jesús acepta ser identificado con el Mesías esperado, pero no con la idea que el judaísmo había acabado por hacerse del Mesías. En la opinión dominante, éste era visto como un líder político y militar que liberaría a Israel del dominio pagano e instauraría con la fuerza el reino de Dios en la tierra.
Jesús tiene que corregir profundamente esta idea, compartida por sus propios apóstoles, antes de permitir que se hablara de Él como Mesías. A ello se orienta el discurso que sigue inmediatamente: "Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho...". La dura palabra dirigida a Pedro, que busca disuadirle de tales pensamientos: "¡Quítate de mi vista, Satanás!", es idéntica a la dirigida al tentador del desierto. En ambos casos se trata, de hecho, del mismo intento de desviarle del camino que el Padre le ha indicado –el del Siervo sufriente de Yahveh- por otro que es "según los hombres, no según Dios".
La salvación vendrá del sacrificio de sí, de "dar la vida en rescate por muchos", no de la eliminación del enemigo. De tal manera, de una salvación temporal se pasa a una salvación eterna, de una salvación particular –destinada a un solo pueblo- se pasa a una salvación universal.
Lamentablemente tenemos que constatar que el error de Pedro se ha repetido en la historia. También determinados hombres de Iglesia, y hasta sucesores de Pedro, se han comportado en ciertas épocas como si el reino de Dios fuera de este mundo y debiera afirmarse con la victoria (si es necesario también de las armas) sobre los enemigos, en vez de hacerlo con el sufrimiento y el martirio.
Todas las palabras del Evangelio son actuales, pero el diálogo de Cesarea de Filipo lo es de forma del todo especial. La situación no ha cambiado. También hoy, sobre Jesús, existen las más diversas opiniones de la gente: un profeta, un gran maestro, una gran personalidad. Se ha convertido en una moda presentar a Jesús, en los espectáculos y en las novelas, en las costumbres y con los mensajes más extraños. El Código da Vinci es sólo el último episodio de una larga serie.

En el Evangelio Jesús no parece sorprenderse de las opiniones de la gente, ni se retrasa en desmentirlas. Sólo plantea una pregunta a los discípulos, y así lo hace también hoy: "Para vosotros, es más, para ti, ¿quién soy yo?". Existe un salto por dar que no viene de la carne ni de la sangre, sino que es don de Dios que hay que acoger mediante la docilidad a una luz interior de la que nace la fe. Cada día hay hombres y mujeres que dan este salto. A veces se trata de personas famosas –actores, actrices, hombres de cultura- y entonces son noticia. Pero infinitamente más numerosos son los creyentes desconocidos. En ocasiones los no creyentes se toman estas conversiones como debilidad, crisis sentimentales o búsqueda de popularidad, y puede darse que en algún caso sea así. Pero sería una falta de respeto de la conciencia de los demás arrojar descrédito sobre cada historia de conversión.
Una cosa es cierta: los que han dado este salto no volverían atrás por nada del mundo, y más todavía, se sorprenden de haber podido vivir tanto tiempo sin la luz y la fuerza que vienen de la fe en Cristo. Como San Hilario de Poitiers, que se convirtió siendo adulto, están dispuestos a exclamar: "Antes de conocerte, yo no existía".

15 de septiembre de 2012

Jugando también se aprende

“Los niños aprenden mucho más jugando que estudiando, haciendo que mirando. Los niños que han podido jugar bien y durante mucho tiempo, serán adultos mejores”



Agradecemos a todos los colaboradores que hacen posible que publiquemos en el blog todos estos recursos para la catequesis. Si tienes materiales que quieras compartir con todos, escríbenos y nosotros lo difundiremos.

Ana, gracias por tu trabajo con los pasatiempos!!

Evangelio del Domingo: 16 de septiembre

Ideas y recursos para la catequesis:
Celebrando La Palabra de Dios con los niños
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Himno oficial JMJ Río 2013

 
Esperança do Amanhecer
 

~ YOUCAT ~

 
 
18 - ¿Qué importancia tiene el Nuevo Testamento para los cristianos?
En el Nuevo Testamento se completa la Revelación de Dios.
Los cuatro evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan
son el Corazón de la Sagrada Escritura y el tesoro más preciado
de la Iglesia. En ellos se muestra el Hijo de Dios tal como es
y nos sale al encuentro. En los Hechos de los Apóstoles aprendemos
acerca de los inicios de la Iglesia y de la acción del Espíritu Santo.
En las cartas apostólicas se pone la vida de los hombres en todos
sus aspectos ante la Luz de Cristo.
En el Apocalipsis vemos anticipadamente el fin de los tiempos.

Jesús es todo lo que Dios nos quiere decir. Todo el Antiguo Testamento
prepara la Encarnación del Hijo de Dios. Todas las promesas de Dios
encuentran su cumplimiento en Jesús. Ser cristiano quiere decir unirse
cada vez más profundamente con la vida de Cristo.
Para ello hay que leer y vivir los evangelios. Madeleine Delbrèl dice:
“A través de su Palabra Dios nos dice quién es y lo que quiere;
nos lo dice de manera definitiva y para cada día.
Cuando tenemos en las manos el Evangelio deberíamos considerar
que allí habita la Palabra que quiere hacerse carne en nosotros,
apoderarse de nosotros para que comencemos de nuevo su
vida en un lugar nuevo, en un tiempo nuevo, en un nuevo entorno humano”.

Música de Dios

 
Te alabo en Verdad 
 

La Virgen de los Dolores

El 15 de septiembre es la fiesta de la Virgen de los Dolores. Si el día anterior contemplamos y celebramos la Exaltación de la Santa Cruz, al día siguiente, siempre al pie de ella -de la Cruz-, hallamos y celebramos a María Santísima, la Madre del Crucificado y la Madre de todos los crucificados de la historia y del presente, la Virgen de los Dolores, la Corredentora, la Virgen solidaria con todos los que sufren.

En la liturgia de este día, tan celebrado en tantos y lugares de nuestra geografía eclesial, la oración colecta de la misa de hoy pide para todos nosotros, miembros de la Iglesia, que sepamos asociarnos, como María siempre al pie de la cruz, a la pasión de Jesucristo para poder participar un día de su Resurrección. En llamada oración de después de la comunión, se reza para que, al recordar hoy los dolores de la Virgen María, completemos en nosotros en favor de la Iglesia lo que falta a la pasión de Jesucristo. Se trata, en suma, de saber llevar nuestra cruz de cada día y saber ayudar a los demás en esta tarea, que, como ayer recordábamos, es el camino de la vida, es el libro de la sabiduría de Dios: llevar la cruz del deber, la cruz del dolor y la cruz de nuestra debilidad porque -como dijo Jesús-  quien quiera ser discípulo suyo, debe tomar la cruz y seguirle.


La Madre del Crucificado y de todos los crucificados
Y para ello, contamos con el ejemplo luminoso y la intercesión poderosa de María Santísima, modelo y madre de la Iglesia. Y es que, como reza uno de los prefacios litúrgicos dedicados a Santa María Virgen, “Ella, al recibir junto a la cruz el testamento del amor divino, tomó como hijos a todos los hombres, nacidos a la vida sobrenatural por la muerte de Cristo”. María, hoy la Virgen de los Dolores, nos muestra, de este modo, el camino y ruega por nosotros.

Ella es la Madre solidaria al pie de la cruz de todos sus hijos: de nuestros hermanos enfermos, ancianos, parados, inmigrantes, victimas del odio y de la violencia. Ella vivió los gozos y las sombras de la existencia humana y supo permanecer fiel y firme junto a la cruz. Ella es la compañera ruta, que ilumina con su resplandor de gloria y de humanidad -orgullo de nuestra raza- nuestras sendas. Ella escuchó con limpio corazón y total disponibilidad la Palabra de Dios. Ella es modelo de la Iglesia suplicante. Ella acompaña con amor materno a la Iglesia peregrina, le muestra el fruto bendito de su vientre y anticipa su suerte y su destino. Y Ella es bienaventurada por todas las generaciones por ser la humilde esclava del Señor y por ofrendar su vida entera a la Causa de Jesús y de su Reino.

Miremos la Estrella, miremos a María. Nos conduce hasta la gloria y nos acompaña cargando con la cruz y con los dolores de cada día. Que María Santísima ruegue por nosotros y visite especialmente a quienes, por cualquier causa, viven crucificados.

14 de septiembre de 2012

Música de Dios

 
El odio por AMOR
(Juanes)

 

 


 

La fiesta de la exaltación de la Santa Cruz explicada por Benedicto XVI




El Árbol Santo de la Vida

El 14 de septiembre es la festividad litúrgica de la Exaltación de la Santa Cruz. ¿Qué es la cruz ayer, hoy y siempre? ¿Ocurrirá con nuestra generación como acontecía en tiempos de Jesucristo, que veían en la cruz el mayor de los escándalos y de los signos de burla y de maldición?
 
Nada hay mayor que la Cruz de Cristo
 
No, la cruz no es escándalo, ni burla, ni suplicio ni tormento. La cruz es la luz. Es la gloria. La cruz es resurrección. Es Jesús de Nazaret. Como escribiera el poeta, nada se ha inventado ni más grande ni más importante que la cruz. Nada salva como la cruz. Nada purifica como la cruz. Nada ilumina como la cruz. Nada sana y limpia como la cruz. Nada acoge y abraza como la cruz. Nada perdona como la cruz. Nada ama como la cruz.

Y es que, como cantara Teresa de Ávila, nuestra Santa Teresa de Jesús o Jesús de Teresa, como ella misma decía en sus soliloquios de amor con su Cristo muy llagado, “abracemos bien la cruz/y sigamos a Jesús/ que es nuestro camino y luz”, pues “en la cruz está la vida y el consuelo y ella sola es el camino para el cielo”. Nada -repitamos- se ha inventado más grande que la cruz. Hoy en muchos y pueblos lugares de España se celebra esta fiesta, que viene presentada bajo distintas advocaciones. Estas advocaciones y título de Jesucristo y su cruz nos definen espléndidamente lo que es la cruz para los cristianos. De este modo, la cruz es misericordia, esperanza, amparo, salud, consideración, fe, agonía, inspiración, guijarro, agua, perdón, milagro, pasión, amor, paz, piedad y victoria.
 
Reza la liturgia: “Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo. Venid a adorarlo.”. “Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección glorificamos. Por el madero ha venido la alegría al mundo entero.” Se hizo realidad la profecía: “Mirarán al que atravesaron” y en el crucificado, como el centurión, descubramos al Hijo de Dios: “Verdaderamente este es el Hijo de Dios”.
 

Que “estás por mi en la cruz y no te quejas, exclamaba Miguel de Unamuno. Que esta hecha la cruz a medida de Dios y a medida del hombre. Que es la cruz el resumen de los mandamientos. Que es la cruz el árbol bendito de la vida. La cruz es aceptación, es inmolación, es entrega, es ofrenda, es opción, es paz. Es respuesta de amor. Es sabiduría: “Porque para entrar en estas riquezas de la sabiduría de Dios- escribe fray Juan de la Cruz-, la puerta es la cruz, que es angosta. Y desear pasar por ella es cosa de pocos”. En la cruz escribió asimismo Santo Tomás de Aquino se nos dan “ejemplos de todas las virtudes: amor, paciencia, humildad, obediencia, desapego de las cosas materiales”. La cruz es la clave del evangelio, la llave de la puerta santa del cielo.
Jesús de las Heras Muela/Director de Ecclesia/Fotos: Miguel Castaño


 

13 de septiembre de 2012

Conferencia

 "Perigos polo uso inadecuado das novas tecnoloxías:
Móbil e Internet"

Dirixido a país, nais e titores
Hoxe 13 de setembro ás 21:00h
no Centro Social de Barrantes
Impartido pola Unidade de Delitos Telemáticos da Garda Civil
Organiza:
Consello Arciprestal de Pastoral e Catequese do Arciprestazgo de Ribadumia

San Juan de Ávila




Música de Dios


"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único" (Jn 3, 16) 
 

 
Hasta mi final
 
Tu lugar es a mi lado,
hasta que lo quiera Dios,
hoy sabrán cuanto te amo
cuando por fin seamos dos.
 
Yo nunca estuve tan seguro
de amar así sin condición
mirándote mi amor te juro,
cuidar por siempre nuestra unión.
 
Hoy te prometo amor eterno
ser para siempre, tú y yo en el bien y en el mal
hoy te demuestro cuanto te quiero
amándote hasta mi final.
 
Lo mejor que me ha pasado
fue verte por primera vez
y estar así de mano en mano
es lo que amor, siempre soñé.
 
Hoy te prometo amor eterno
ser para siempre, tú y yo en el bien y en el mal
y hoy  te demuestro cuanto te quiero
amándote hasta mi final

Cristo está conmigo, ¿qué puedo temer?

Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza. Sin embargo, no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pie sobre la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca; aunque se levanten las olas, nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él. Yo me río de todo lo que es temible en este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo deseos de vivir, si no es para vuestro bien espiritual. Por eso, os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza.

 


¿No has oído aquella palabra del Señor: Donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio ellos? Y allí donde un pueblo numeroso esté reunido por los lazos de la caridad, ¿no estará presente el Señor? Me ha garantizado su protección, no es en mis fuerzas donde me apoyo. Tengo en mis manos su palabra escrita. Éste es mi báculo, ésta es mi seguridad, éste es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el mundo entero, yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo, porque ella es mi muro y mi defensa. ¿Qué es lo que ella me dice? Yo estoy con otros todos los días, hasta el fin del mundo.
Cristo está conmigo, ¿qué puedo temer? Que vengan a asaltarme las olas del mar y la ira de los poderosos; todo eso no pesa más que una tela de araña. Si no me hubiese retenido el amor que os tengo, no hubiese esperado a mañana para marcharme. En toda ocasión yo digo: «Señor, hágase tu voluntad: no lo que quiere éste o aquél, sino lo que tú quieres que haga». Éste es mi alcázar, ésta es mi roca inamovible, éste es mi báculo seguro. Si esto es lo que quiere Dios, que así se haga.
S. Juan Crisóstomo. OFICO de HOY
Foto: Miguel Castaño 

No hay oraciones inútiles

 
El Papa Benedicto XVI explicó que no hay oraciones inútiles y Dios, que es Amor y Misericordia infinitos, siempre responde a todas aunque a veces esa respuesta es misteriosa.
 
En su catequesis de la audiencia general de hoy realizada en el Aula Pablo VI ante miles de fieles presentes, el Santo Padre prosiguió con su reflexión sobre la oración en el libro del Apocalipsis, y resaltó que las oraciones son como incienso "cuya dulce fragancia se ofrece (…) a Dios".
 
"Debemos estar seguros –dijo el Papa– que no hay oraciones superfluas, inútiles; ninguna se pierde. Y éstas encuentran respuesta, aunque a veces misteriosa, porque Dios es Amor y Misericordia infinita".
 
El incienso en el Apocalipsis, continuó, "es un simbolismo que nos dice cómo todas nuestras oraciones –con todas las limitaciones, la pobreza, la fatiga, la sequedad, las imperfecciones que puedan tener– son purificadas y alcanzan el corazón de Dios".
 
Benedicto XVI dijo además que "Dios no es indiferente a nuestras súplicas, interviene y hace sentir su poder y su voz en la tierra, hace temblar y altera el sistema del Maligno".
 
"A menudo, frente al mal se tiene la sensación de no poder hacer nada, pero es precisamente nuestra oración la respuesta primera y más efectiva que podemos dar y que hace más fuerte nuestro compromiso diario en la difusión del bien. El poder de Dios hace fecunda nuestra debilidad".
 
 
El Santo Padre explicó también que "el Apocalipsis nos dice que la oración alimenta en cada uno de nosotros y en nuestras comunidades esta visión de luz y de profunda esperanza: nos invita a no dejarnos vencer por el mal, sino a vencer el mal con el bien, a mirar a Cristo Crucificado y Resucitado que nos asocia a su victoria".
 
"La Iglesia vive en la historia, no se cierra sobre sí misma, sino que afronta con valentía su camino en medio de las dificultades y el sufrimiento, afirmando con fuerza que el mal que no es definitivo no vence al bien, que la oscuridad no oculta el esplendor de Dios".
 
A continuación el Papa subrayó que "como cristianos no podemos ser nunca pesimistas; sabemos que en el camino de nuestra vida a menudo encontramos violencia, mentira, odio, persecución, pero eso no nos desanima".
 
"Especialmente, la oración nos enseña a ver los signos de Dios, su presencia y acción. Es más, nos enseña a ser nosotros mismos luces de bien, que difunden esperanza e indican que la victoria es de Dios".
 
 
Uno de los símbolos del Apocalipsis, un personaje de tal belleza que no es descrito por San Juan, representa a "Dios Todopoderoso, que no se ha quedado encerrado en su cielo, sino que se ha acercado al hombre, estableciendo una alianza con él; Dios hace escuchar en la historia, de forma misteriosa pero real, su voz simbolizada por rayos y truenos".
 
 
Otros dos símbolos son el libro que contiene el plan de Dios y el Cordero que representa a Jesús Resucitado, que es el único capaz de "abrir el texto e iluminarlo (…) Y es precisamente el Cordero, Cristo muerto y Resucitado, que poco a poco abre los sellos y revela el plan de Dios, el sentido profundo de la historia".
 
 
El Papa resalta luego que "la oración es como una ventana abierta que nos permite mantener nuestra mirada dirigida hacia Dios, no sólo para recordarnos la meta hacia la cual nos dirigimos, sino también para permitir que la voluntad de Dios ilumine nuestro camino terrenal y nos ayude a vivirlo con intensidad y el compromiso".
 
"¿Cómo guía el Señor a la comunidad cristiana para una lectura más profunda de la historia? En primer lugar, invitándola a que considere con realismo el presente que estamos viviendo".
 
Benedicto XVI explica que "hay males que el hombre cumple, como la violencia, que nace del deseo de poseer, de prevalecer los unos sobre los otros, hasta llegar a matarse (…), o la injusticia, porque los hombres no respetan las leyes que se han dado (…)".
 
"A estos se añaden los males que el hombre tiene que sufrir, como la muerte, el hambre, las enfermedades (…). Ante estas realidades, muchas veces dramáticas, la comunidad eclesial está invitada a no perder nunca la esperanza, a creer firmemente que la aparente omnipotencia del Maligno se choca con la verdadera omnipotencia que es la de Dios".
 
 
El Papa afirma también que "el Libro del Apocalipsis, a pesar de la complejidad de los símbolos, nos sumerge en una oración muy rica, a través de la cual oímos, alabamos, agradecemos, contemplamos al Señor, le pedimos perdón".
 
Su estructura, de gran oración litúrgica, concluye, "es también un fuerte llamado a redescubrir la carga extraordinaria y el poder transformador que tiene la Eucaristía. En particular, me gustaría invitar con fuerza a ser fieles a la Santa Misa del domingo, en el Día del Señor. ¡El Domingo, es el verdadero centro de la semana! Gracias".

12 de septiembre de 2012

~ YOUCAT ~

 
 
 
17 - ¿Qué importancia tiene el Antiguo Testamento para los cristianos?
 
En el Antiguo Testamento Dios se muestra como Creador
y como quien conserva el mundo y es guía y educador de los hombres.
También los libros del Antiguo Testamento son Palabra de Dios
y Sagrada Escritura. Sin el Antiguo Testamento
no se puede comprender a Jesús.
 
En el Antiguo Testamento comienza la gran historia del aprendizaje de la fe,
que da un giro decisivo en el Nuevo Testamento y que llegará a su meta
con el fin del mundo y el retorno de Cristo.
Y en esto el Antiguo Testamento es mucho más que un mero
preludio del Nuevo. Los mandamientos y las profecías del pueblo
de la antigua alianza y las promesas que se contienen en ellas
para todos los hombres, no han sido revocados.
En los libros de la antigua alianza se encuentra un tesoro
insustituible de oración y de sabiduría; especialmente los salmos
pertenecen a la oración cotidiana de la Iglesia.

11 de septiembre de 2012

Música de Dios



¡Es tiempo de CONFIAR!
¡Es tiempo de CAMINAR!
¡Es tiempo de MIRAR hacia delante!
¡Es tiempo de ESPERANZA!
¡Es tiempo de FE!
¡Es tiempo de Dios!
 

14-09-2012

 
Presentación oficial  himno JMJ Río 2012
 

10 de septiembre de 2012

Diez ciudades, diez Mandamientos




Milagros físicos para curarnos espiritualmente

La Iglesia siempre ha visto en los gestos aparentemente extraños que Jesús realiza en el sordomudo (le pone los dedos en los oídos y le toca la lengua) un símbolo de los sacramentos gracias a los cuales Él continúa «tocándonos» físicamente para curarnos espiritualmente
Los milagros de Cristo jamás son fines en sí mismos; son "signos". Lo que Jesús obró un día por una persona en el plano físico indica lo que Él quiere hacer cada día por cada persona en el plano espiritual. El hombre curado por Cristo era sordomudo; no podía comunicarse con los demás, oír su voz y expresar sus propios sentimientos y necesidades. Si la sordera y la mudez consisten en la incapacidad de comunicarse correctamente con el prójimo, de tener relaciones buenas y bellas, entonces debemos reconocer enseguida que todos somos, quien más quien menos, sordomudos, y es por ello que a todos dirige Jesús aquel grito suyo: effatá, ¡ábrete! La diferencia es que la sordera física no depende del sujeto y es del todo inculpable, mientras que la moral lo es. Hoy se evita el término "sordo" y se prefiere hablar de "discapacidad auditiva", precisamente para distinguir el simple hecho de no oír de la sordera moral.
Somos sordos, por poner algún ejemplo, cuando no oímos el grito de ayuda que se eleva hacia nosotros y preferimos poner entre nosotros y el prójimo el "doble cristal" de la indiferencia. Los padres son sordos cuando no entienden que ciertas actitudes extrañas o desordenadas de los hijos esconden una petición de atención y de amor. Un marido es sordo cuando no sabe ver en el nerviosismo de su mujer la señal del cansancio o la necesidad de una aclaración. Y lo mismo en cuanto a la esposa.
Estamos mudos cuando nos cerramos, por orgullo, en un silencio esquivo y resentido, mientras que tal vez con una sola palabra de excusa y de perdón podríamos devolver la paz y la serenidad en casa. Los religiosos y las religiosas tenemos en el día tiempos de silencio, y a veces nos acusamos en la Confesión diciendo: "He roto el silencio". Pienso que a veces deberíamos acusarnos de lo contrario y decir: "No he roto el silencio".
Lo que sin embargo decide la calidad de una comunicación no es sencillamente hablar o no hablar, sino hablar o no hacerlo por amor. San Agustín decía a la gente en un discurso: Es imposible saber en toda circunstancia qué es lo justo que hay que hacer: si hablar o callar, sin corregir o dejar pasar algo. He aquí entonces que se te da una regla que vale para todos los casos: "Ama y haz lo que quieras". Preocúpate de que en tu corazón haya amor; después, si hablas será por amor, si callas será por amor, y todo estará bien porque del amor no viene más que el bien.
La Biblia permite entender por dónde empieza la ruptura de la comunicación, de dónde viene nuestra dificultad para relacionarnos de una manera sana y bella los unos con los otros. Mientras Adán y Eva estaban en buenas relaciones con Dios, también su relación recíproca era bella y extasiante: "Ésta es carne de mi carne...". En cuanto se interrumpe, por la desobediencia, su relación con Dios, empiezan las acusaciones recíprocas: "Ha sido él, ha sido ella...".
Es de ahí de donde hay que recomenzar cada vez. Jesús vino para "reconciliarnos con Dios" y así reconciliarnos los unos con los otros. Lo hace sobre todo a través de los sacramentos. La Iglesia siempre ha visto en los gestos aparentemente extraños que Jesús realiza en el sordomudo (le pone los dedos en los oídos y le toca la lengua) un símbolo de los sacramentos gracias a los cuales Él continúa "tocándonos" físicamente para curarnos espiritualmente. Por esto en el bautismo el ministro realiza sobre el bautizando los gestos que Jesús realizó sobre el sordomudo: le pone los dedos en los oídos y le toca la punta de la lengua, repitiendo la palabra de Jesús: effatá, ¡ábrete!
En particular el sacramento de la Eucaristía nos ayuda a vencer la incomunicabilidad con el prójimo, haciéndonos experimentar la más maravillosa comunión con Dios.
ReligiónenLibertad/Raniero Cantalamessa/Fotos: Miguel Castaño

7 de septiembre de 2012

Música de Dios

 
Confía
 

 
En la duda, confía.
En la incertidumbre, confía.
En lo malo, en la tristeza,
en Dios que todo lo puede, confía.
 
En el miedo, confía.
En la pesadilla, confía.
En la muerte y en el odio,
en Dios que sabe lo que necesitas,
confía, confía, confía, confía

Las coincidencias

 
 
 
"Las coincidencias son pequeños milagros
en los que Dios prefiere ir de incógnito"
san Daniel Comboni

PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO




6 de septiembre de 2012

Música de Dios

 
Nada te turbe
 

"Rezar es más que palabras y peticiones"




5 de septiembre de 2012

~ YOUCAT ~

 
 
 
16 - ¿Cómo se lee correctamente la Biblia?
La Sagrada Escritura se lee correctamente en actitud orante, es decir,
con la ayuda del Espíritu Santo, bajo cuya influencia se ha formado.
Es la Palabra de Dios y contiene la comunicación
decisiva de Dios para nosotros.
 
La Biblia es como una larga carta de Dios a cada uno de nosotros.
Por eso debo acoger las Sagradas Escrituras con gran amor y reverencia.
En primer lugar se trata de leer realmente la carta de Dios,
es decir, no de escoger detalles y dejar de lado el conjunto.
El conjunto debo interpretarlo desde su corazón y misterio:
Jesucristo, de quien habla toda la Biblia, también el Antiguo Testamento.
Por tanto debo leer las Sagradas Escrituras en la misma
fe viva de la Iglesia, de la cual han nacido.

Música de Dios

 
Nuestro Dios
 

PORTA FIDEI - XV -

 
Llegados sus últimos días, el apóstol Pablo pidió al discípulo Timoteo que "buscara la fe" (cf. 2 Tm 2, 22) con la misma constancia de cuando era niño (cf. 2 Tm 3, 15). Escuchemos esta invitación como dirigida a cada uno de nosotros, para que nadie se vuelva perezoso en la fe. Ella es compañera de vida que nos permite distinguir con ojos siempre nuevos las maravillas que Dios hace por nosotros. Tratando de percibir los signos de los tiempos en la historia actual, nos compromete a cada uno a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo. Lo que el mundo necesita hoy de manera especial es el testimonio creíble de los que, iluminados en la mente y el corazón por la Palabra del Señor, son capaces de abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios y de la vida verdadera, ésa que no tiene fin.
 
 
"Que la Palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada" (2 Ts 3, 1): que este Año de la fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero. Las palabras del apóstol Pedro proyectan un último rayo de luz sobre la fe: «Por ello os alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un poco en pruebas diversas; así la autenticidad de vuestra fe, más preciosa que el oro, que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego, merecerá premio, gloria y honor en la revelación de Jesucristo; sin haberlo visto lo amáis y, sin contemplarlo todavía, creéis en él y así os alegráis con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de vuestra fe; la salvación de vuestras almas" (1 P 1, 6-9). La vida de los cristianos conoce la experiencia de la alegría y el sufrimiento. Cuántos santos han experimentado la soledad.
 
 
Cuántos creyentes son probados también en nuestros días por el silencio de Dios, mientras quisieran escuchar su voz consoladora. Las pruebas de la vida, a la vez que permiten comprender el misterio de la Cruz y participar en los sufrimientos de Cristo (cf. Col 1, 24), son preludio de la alegría y la esperanza a la que conduce la fe: "Cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Co 12, 10). Nosotros creemos con firme certeza que el Señor Jesús ha vencido el mal y la muerte. Con esta segura confianza nos encomendamos a él: presente entre nosotros, vence el poder del maligno (cf. Lc 11, 20), y la Iglesia, comunidad visible de su misericordia, permanece en él como signo de la reconciliación definitiva con el Padre.
 
 
Confiemos a la Madre de Dios, proclamada "bienaventurada porque ha creído" (Lc 1, 45), este tiempo de gracia.
Año de la Fe/PORTA FIDEI/Benedicto XVI